El Gobierno Nacional eliminó el programa de cuidados paliativos del Instituto Nacional del Cáncer (INC). De esta manera, se suspendió la compra de morfina y metadona, opioides utilizados para el tratamiento del dolor en pacientes de cáncer.
Por otra parte, hubo 180 despidos de trabajadores pertenecientes al Ministerio de Salud que dejaron sin funcionamiento las direcciones de VIH, tuberculosis, lepra y vacunas, según lo indica la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa).
Desde 2024, pacientes con enfermedades oncológicas dejaron de recibir su medicación de manera correspondiente debido a la falta de respuesta de la ya disuelta Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DASDE), actualmente reemplazada por la Dirección Nacional de Asistencia Directa y Compensatoria (DINADIC).
En Exclusiva con La Nueva 9, María Fernanda Boriotti, presidenta de Fesprosa, manifestó su preocupación por la desarticulación de los programas por HIV, tuberculosis y oncológicos, sumado al debilitamiento económico del programa de vacunas.
Los pacientes con HIV dejaron de recibir medicamentos de alto costo y reactivos para su determinación. Por otra parte, los casos de tuberculosis, Boriotti señala que hay un "aumento mes a mes, crecen un 11% mensual".
Hubo 60 fallecidos debido a la entrega irregular de medicamentos de alto costo para pacientes oncológicos durante el año 2024. En este sentido, la directora señala que los casos de cáncer, con la medicación otorgada en tiempo y forma, son controlables y hasta curables. En cambio, si no se tiene la medicación en tiempo y forma, "se produce un agravamiento, si la enfermedad estaba controlada se reactiva o se vuelve al diagnóstico inicial.
La referente de Fesprosa señaló que no hubo intención de diálogo por parte del Ministerio de Salud para realizar los reclamos de forma correspondiente.
En Defensa de la Salud Pública y de la Vida
Este jueves 27 de febrero se llevará a cabo una marcha con el objetivo de denunciar las condiciones laborales de los trabajadores de la salud, los numerosos despidos y el desmantelamiento de programas esenciales. no solo dejan sin tratamiento a miles de personas, sino que también ponen en riesgo la vida de todos al propiciar la propagación y aumento de enfermedades.