La medida promovida por el Ejecutivo provincial comenzó por 60 reclusos que están catalogados como Nivel 1 y luego pasará con diferentes colores a los de los del 2 y 3. A nivel nacional, los presos de alto perfil ya usan uniformes desde principios de año, pero con otro régimen, ya que están todo el tiempo con esas vestimentas.

Matilde Bruera fue muy crítica y tildó la medida como "trasnochada y fuera de época" y agregó: "lo que se está buscando es que nos pongamos a discutir el uniforme a los presos en lugar de concentrarnos todo en discutir el ajuste a los jubilados que se está planeando en esta provincia", dijo en referencia a la gestión Pullaro.

La abogada especialista en Derechos Humanos recordó que el uniformar a los presos "está prohibido por Naciones Unidas, por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y por la Convención Americana" Además recordó las reglas de Mandela y mencionó la Ley Nacional de Ejecución Penal.

Pero, Matilde Bruera fue un poco más allá y dijo que la medida "no tiene realmente ningún efecto práctico, es una medida tan exhibicionista, que es parte de la política espectáculo". La abogada mencionó también a Roberto Pettinatto padre que fue quien prohibió el conocido traje a rayas de los presos.

También Bruera se preguntó si "en tiempos de video vigilancia, de identificación facial, de inteligencia artificial. ¿Nosotros vamos a identificar a los presos con uniforme?". Otro punto que no dejo pasar la abogada fue que el uniforme permitirá "una cierta jerarquización dentro de las prisiones, va a quedar claro que los que usan el uniforme naranja son los jefes".

Bruera insistió en que, si bien se puede clasificar a los presos porque hay que tomar distintas medidas de seguridad; no se puede es usar esa clasificación con fines que afecten a la dignidad humana. Cómo es exhibirlos". En este sentido añadió que "un fiscal, un juez y un defensor que reciban un preso en estas condiciones tienen obligación de oponerse, porque tienen obligación de respetar los parámetros jurídicos".

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