Cristina Marchesan, integrante de la Asociación Vecinal Social y Deportiva Central Guadalupe de la subcomisión de seguridad, habló con LT9 tras la presentación de una nota presentada por la situación de la seccional octava, donde fusiona la oficina de sumarios.

"Para toda la zona norte de la ciudad, desde el este hasta el oeste, la oficina sumarial está ahí, radicada en la seccional octava, en general paz al 7.500. Tiene un montón de sumariantes, se calcula que 20 personas por turno trabajan allí, recibiendo aprehendidos de toda la zona norte, incluyendo el noroeste de la ciudad que es inmenso", explicó Marchesan.  

"La cantidad de personas que ingresan para hacer sumarios a ese lugar es gigantesca. El lugar es horrible, es pequeñito, viejo, se cae a pedazos literalmente. No tiene baños. Lo que tiene no es un baño, es un desastre. Y además no tiene espacios en donde tener a las personas que están esperando que se haga el sumario", agregó.

Marchesan detalló que el lugar "siempre tiene déficit en los insumos. Nunca tiene suficiente papel, nunca tiene suficiente tinta, nunca hay suficientes computadoras. Siempre hay que esperar mucho".

"En la vecinal le aconsejamos a los vecinos que si tienen que hacer denuncias no vayan a la seccional. Van a tener que esperar mucho y se van a encontrar de frente con delincuentes. Recomendamos ir al centro territorial de la denuncia que está en Aristóbulo del Valle y Pedro Genesio, o bien puede hacer su denuncia online en la página del MPA", aconsejó. 

Siguiendo con la situación que aqueja al lugar, Marchesan indicó que "en la puerta de la seccional hay autos secuestrados, muchos por los accidentes, y están los patrulleros todo el tiempo circulando. A veces están estacionados en las entradas de las casas de enfrente. Entonces llega un momento que es imposible transitar por allí".

Sobre las personas detenidas en el lugar, la vecinalista explicó que "algunas de ellas el fiscal va a dar la orden de que sean liberadas porque no pueden ser detenidas, no van a ser presas en ese momento, van a ser procesadas, pero tienen que volver a su casa. De esas personas, muchas recorren luego el barrio y los vecinos se quejan permanentemente porque les tantean las puertas, les tantean las ventanas o a veces rompen los vidrios de los autos y roban cosas".

"Es decir, está totalmente fuera de lo que tiene que ser funcional", concluyó. 

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