— División Noticias LT9
Este jueves 22 de agosto se cumple el 30° aniversario de la última Reforma Constitucional, motivo que habilita efectuar un repaso del principal instrumento jurídico que nos rige.
¿Historizamos un poco?
En diciembre de 1993 el entonces presidente Carlos Menem y el ex presidente y jefe de la oposición, Raúl Alfonsín, eran los líderes de las principales fuerzas políticas del país y acordaron una serie de aspectos a los fines de generar el consenso entre los dos partidos para avanzar hacia una reforma constitucional.
Estos acuerdos tuvieron el formal nombre de "Núcleo de Coincidencias Básicas" pero pasaron a la historia como el "Pacto de Olivos".
Después del Pacto de Olivos el Congreso aprobó rápidamente la ley declarativa de la necesidad de la reforma. Se convocaron elecciones generales para designar 305 convencionales constituyentes y comenzó el trabajo de la Convención, que se reunió primero en la ciudad de Paraná, el 25 de mayo de 1994, y que después deliberó durante tres meses en la ciudad de Santa Fe: El 22 de agosto de 1994, el presidente Menem promulgó la nueva Constitución.
Las reformas de 1994 fueron amplias y comprendieron tanto la parte dogmática -derechos y garantías-, como la orgánica -organización de los Poderes-.
En exclusivo por LT9, el abogado constitucionalista José María Hernández, quien estará visitando nuestra ciudad en las próximas horas para realizar una exposición en el marco del 30° aniversario de la Reforma Constitucional, recordó su participación en la modificación de la carta magna.
"De los 40 años de democracia, lo más importante que se pudo hacer fue la gran reforma constitucional de 1994" aseguró Hernández, y posteriormente explicó que le adjudica esta caracterización debido a que "fue la reforma más profunda de toda la historia, la más legítima, la más democrática y además, la más consensuada".
La reforma contó, en la parte orgánica con "61 normas constitucionales, 20 nuevas, 24 reformadas, 17 nuevas disposiciones transitorias que abarcan la primera parte de la Constitución con un nuevo capítulo de declaraciones y garantías que se complementa con, , el reconocimiento de 11 instrumentos internacionales de derechos humanos a los cuales se les asigna la misma jerarquía de la Constitución", y en segundo lugar, en relación al derecho constitucional del poder, "se realizaron reformas muy profundas a nivel federal con el fortalecimiento del Congreso, con la idea de atenuar el hiper presidencialismo argentino y con asegurar la independencia del Poder Judicial".
Mientras que en la segunda parte de la Constitución, en el título destinado a la descentralización del poder, se establecieron tres grandes capítulos: "Federalismo en estricto sentido, que ha quedado muy fortalecido, hay cuatro órdenes de gobierno: gobierno federal, provincial, ciudad autónoma de Buenos Aires y municipios autónomos, e incluso la posibilidad de la creación de regiones para el desarrollo económico y social. En segundo lugar, el reconocimiento del gran principio de la autonomía municipal, que es la base de la República Federal, y en tercer lugar, el otorgamiento de un estatus especial a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires" detalló Hernández.
En síntesis, el constitucionalista sostuvo que se trató de "la reforma más profunda y más importante que se ha hecho en toda la historia" y el resultado de este proceso concluyó en "una extraordinaria modernización del derecho público argentino".
Por otra parte, el constituyente advirtió que sería "inconcebible" pensar en una nueva reforma en la actualidad, y sostuvo que resulta fundamental hacer es cumplir la sancionada en 1994. Bajo el interrogante de si la Constitución necesita actualizaciones, nuevos instrumentos, o si las instituciones necesitan otra defensa de la Constitución, "no hay ninguna duda que la segunda respuesta sería, pero es inconcebible pensar en una nueva reforma de la Constitución, con lo que está pasando hoy en la Argentina. Lo que hay que hacer es cumplir la Constitución" y aseguró que la Argentina solo saldrá adelante si se profundiza el conocimiento en torno a la Constitución, "con educación cívica y democrática, y si los gobernantes gobiernan con la Constitución en la mano, que es lo que han hecho los grandes presidentes" concluyó.
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