Cada 23 de abril, la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor desde el 15 de noviembre de 1995 con el objetivo de reconocer el poder de los libros como puente entre generaciones y culturas.

La fecha fue especialmente elegida por el aniversario de la muerte de autores de renombre como William Shakespeare, Miguel de Cervantes e Inca Garcilaso de la Vega.

Los libros nos invitan a conocer nuevas culturas, nos adentran en otras realidades. Con el avance de las tecnologías los libros no solo se leen en físico, sino que se puede acceder a ellos a través del celular, tablets o kindles.

Sin embargo, ¿es lo mismo leer un libro físico o virtual? El libro físico tiene una experiencia completa de colores, texturas y hasta olores asociados, junto con la sensación de avanzar sobre las páginas.

El libro digital, por su parte, permite acceder a un catálogo mucho más amplio de títulos, como si fuera una biblioteca en la mano. Más allá de estas diferencias, diversas investigaciones científicas proponen conclusiones muy diferentes acerca del comportamiento de las personas dependiendo del soporte en que se lea.

Al leer en papel, los lectores aseguraron que se concentraron mejor, entienden más, se distraen menos e incluso, recuerdan mejor lo que leyeron. Además, señalaron que leer libros impresos genera, a diferencia del libro digital, la sensación de saber en qué parte del libro se está, ya que pueden verlo y “sentirlo”.

En el formato que se elija, leer siempre trae consigo la capacidad de desarrollar el pensamiento crítico, fomentar el análisis y la reflexión, estimular la creatividad, la empatía y, en consecuencia, las relaciones interpersonales.