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El riesgo de las palometas en las playas de Santa Fe: un experto explicó cómo el calor dispara su agresividad

El biólogo del Conicet y el Inali, Pablo Scarabotti, habló con LT9 y dio detalles sobre el ataque de este tipo de peces en Santa Fe y la región. "Su actividad aumenta cuando las temperaturas del agua suben por encima de los 30 grados", indicó.

— División Noticias LT9

MIÉRCOLES 15 DE ENERO DE 2025

En las últimas semanas, la playa de la Costanera Este de Santa Fe, así como otros lugares como San José del Rincón, han sido escenario de varios incidentes relacionados con ataques de palometas. El biólogo del Conicet y el Inali, Pablo Scarabotti, habló con LT9 e indicó que estos peces no son nuevos en el ecosistema acuático local, pero su comportamiento se ve alterado por las altas temperaturas. 

"Las palometas están presentes casi todo el año, con una abundancia que se mantiene constante, pero su actividad aumenta cuando las temperaturas del agua suben por encima de los 30 grados", explicó Scarabotti. Este fenómeno, vinculado a períodos de calor intenso, incrementa el metabolismo de las palometas, que se vuelven más agresivas.

El aumento de su agresividad no se debe a un cambio en su dieta, sino a una intensificación de sus hábitos alimenticios. Mientras que normalmente consumen aletas, escamas y carne de otros peces, durante estos episodios pueden atacar cualquier cosa que se acerque a ellos. Los ataques, sin embargo, no son comunes durante todo el año, sino que se concentran en los días más calurosos de enero, cuando el agua alcanza temperaturas que favorecen este comportamiento.

Aunque las palometas comparten similitudes con las pirañas, conocidas por su fama de devorar todo a su paso, Scarabotti aclara que el riesgo no es tan alarmante como a menudo se cree. 

"Las palometas se mueven en grupos, y aunque pueden atacar de forma contagiosa, los reportes de mordeduras múltiples en personas son escasos", dijo. En general, las mordeduras no suelen ser graves, ya que las víctimas tienen tiempo de salir del agua al percatarse de la mordida.

Sin embargo, la amenaza persiste mientras se mantengan las altas temperaturas. Scarabotti recomienda que, ante la previsión de un calor extremo, se tomen medidas preventivas como la instalación de redes de protección. Según el biólogo, la mejor forma de anticipar los ataques es monitorear la temperatura del agua, ya que por encima de los 30 grados las probabilidades de que ocurran aumentan considerablemente.

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