El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó ayer en su discurso a la nación que seguirá en el puesto durante los próximos seis meses, momento en el que los ciudadanos estadounidenses elegirán al nuevo mandatario del país en unos comicios en los que el expresidente Donald Trump se enfrentará previsiblemente contra la vicepresidenta, Kamala Harris.
"Durante los próximos seis meses me centraré en hacer mi trabajo como presidente. Eso significa que seguiré bajando los precios para las familias trabajadoras y haciendo crecer nuestra economía. Seguiré defendiendo nuestras libertades personales y nuestros derechos civiles, desde el derecho al voto, hasta el derecho a elegir --en referencia al aborto--", ha expresado durante su intervención. Biden ha justificado su decisión de retirarse de la carrera a la Casa Blanca para un segundo mandato porque "la defensa de la democracia es más importante que ninguna ambición personal", y que cree que es "el momento" de dar paso a "voces" más jóvenes, en referencia a Harris, a quien ha calificado de "experimentada", "fuerte", "capaz" y de "gran compañera" tanto para él como para el país.
"He decidido que la mejor manera de avanzar es pasar la antorcha a una nueva generación. Es la mejor manera de unir a nuestra nación (...) No se trata de mí, se trata de vosotros, de vuestras familias, de vuestro futuro.
Se trata de nosotros, el pueblo. Nunca podemos olvidar eso, y yo nunca lo he hecho. He dejado claro que creo que Estados Unidos está en un punto de inflexión", ha agregado.
En base a ello, Biden ha expresado que los ciudadanos tendrán que elegir "entre avanzar o retroceder, entre la esperanza y el odio, entre la unidad y la división", y ha pedido "ver a aquellos con los que no estamos de acuerdo no como enemigos, sino como compañeros".
El legado
El mandatario ha garantizado que seguirá defendiendo sus ideales durante lo que le queda de mandato, destacando la defensa de los derechos civiles, las denuncias contra "el odio y el extremismo", contra la violencia política, contra la violencia armada o contra la crisis climática.
De igual forma ha prometido una reforma del Tribunal Supremo en un momento en el que el órgano judicial avaló la inmunidad parcial de Trump en su periodo como presidente.
En el plano internacional, ha presumido de que Estados Unidos "no está en ninguna guerra" y que seguirá adelante con la coalición internacional para "impedir que (el presidente de Rusia, Vladimir) Putin se apodere de Ucrania y haga más daño", que luchará por seguir fortaleciendo la OTAN, para evitar que China supere a Estados Unidos y para poner fin a la guerra en la Franja de Gaza que permita la liberación de los rehenes y "llevar la paz" a la región de Oriente Próximo, y que continuará "trabajando sin descanso" para que los estadounidenses "detenidos injustamente en todo el mundo" puedan volver a sus casas.
Biden también ha sacado pecho de su trabajo en el Despacho Oval, recordando que cuando tomó posesión el país estaba "en las garras de la peor pandemia del siglo", en "la peor crisis económica desde la Gran Depresión" y en el "peor ataque a la democracia desde la Guerra Civil".
"Somos más prósperos y más seguros. Hoy tenemos la economía más fuerte del mundo, con una creación récord de casi 16 millones de nuevos puestos de trabajo. Los salarios han subido. La inflación sigue bajando. La brecha de riqueza racial es la más baja de los últimos 20 años. Estamos reconstruyendo literalmente toda nuestra nación", ha agregado.
La decisión de Biden de salirse de la carrera presidencial llegó tras semanas de presiones y dudas en torno a su capacidad de derrotar a su rival, el expresidente Donald Trump, a raíz de su errático desempeño en el debate televisado del 27 de junio, que generó dudas en el seno de su partido sobre la posibilidad de que pudiera lograr una victoria en las urnas y, de esa forma, reeditar su mandato en la Casa Blanca. (con información de Europa Press)