El presidente Javier Milei participó del desfile militar por el Día de la Independencia, que convocó a unos 7 mil efectivos de las fuerzas armadas durante tres horas con una marcha por las calles porteñas.

Miles de mujeres, hombres y niños llegaron hasta la avenida Libertador, en la Ciudad de Buenos Aires, para ver el desfile que dio inicio a las 11. El hecho más curioso de la jornada ocurrió al final de la ceremonia cuando Milei bajó del palco, ubicado en Libertador y Austria, para subirse, junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel, a un tanque TAM2C mientras los presentes lo arengaban.

"Viva la Patria" y "Milei, querido, el pueblo está contigo", fueron algunos de los cánticos que corearon desde los laterales de la Avenida del Libertador.

Las bandas de las distintas fuerzas de seguridad musicalizaron las tres horas de desfile, que contó con el despliegue de la Fuerzas Aérea, donde se sucedieron más de 62 aeronaves. Luego, tuvieron lugar delegaciones de excombatientes de Malvinas. Incluso, según consignó la agencia Noticias Argentinas, un grupo de soldados interrumpieron su marcha para acercarle algunos regalos al mandatario y a la vicepresidenta que aplaudían desde el palco central.

La idea de desplegar un desfile que destaque a las Fuerzas Armadas sobrevolaba en la administración libertaria desde el 10 de diciembre, pero por distintos motivos se fue postergando. Este 9 de Julio, finalmente, Milei pudo organizar la ceremonia.

Más temprano, Milei, Villarruel y buena parte del Ejecutivo nacional participaron del tradicional Tedeum que se celebra en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.

Ante la mirada de Milei, Villarruel, la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y los ministros Mario Russo (Salud), Diana Mondino (Relaciones Exteriores), Luis Petri (Defensa), Patricia Bullrich (Seguridad), Federico Sturzenegger (Desregulación del Estado) y Mariano Cúneo Libarona (Justicia), el arzobispo dijo: "Muchos argentinos están haciendo un esfuerzo enorme, que conmueve. No permitas que lo cascoteemos con intereses mezquinos, con la voracidad del poder por el poder mismo, con conductas reprochables que sólo demuestran que a muchos les falta el termómetro social de saber lo que viven los argentinos de a pie. No hipotequemos el futuro".