El presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció ayer miércoles un intento de “golpe blando” en su contra, advirtió que hay sectores que buscan reemplazarlo “contra la voluntad popular, como pasó en Perú” y reclamó al Congreso que “no traicione” el mandato de las urnas que se manifestó en favor de las reformas que prometió en la campaña y que ahora el Ejecutivo propuso.
“Se llama golpe blando. Es un golpe de Estado, contra la voluntad popular. Una vez que tumben las reformas piensan destruirme en la Comisión de Acusaciones para hacer exactamente lo que se hizo en Perú: llevar al presidente a la cárcel y cambiarlo por uno no elegido por el pueblo, que sería el que vayan a elegir al jefe del Congreso en el próximo semestre”, denunció Petro.
Y agregó: “Castillo estaba solo. Acá les decimos: Petro no está solo. Si se atreven a violar el mandato popular, el pueblo saldrá de cada rincón, de abajo de cada piedra, de cada municipio, a defender el triunfo popular”.
Después de una semana compleja para el gobierno, que debió disponer de cambios en el gabinete por el escándalo de escuchas ilegales y denuncias de financiación ilegal a su campaña, Petro pareció este miércoles retomar la ofensiva con la mira puesta en el Congreso.
Es que el legislativo, donde el oficialismo desarmó la alianza que le daba mayoría, frena las iniciativas gubernamentales de reforma a la salud, al sistema de pensiones y a la legislación laboral.
La nueva ofensiva de Petro se apoyó en dos gestos: las centrales sindicales colombianas -la Central Unitaria de Trabajadores, la Confederación General del Trabajo y la Confederación de Trabajadores de Colombia- llenaron el miércoles las calles de las principales ciudades en respaldo a los proyectos y líderes de todo el mundo expresaron su acompañamiento al mandatario en un texto con más de 400 firmas. (Telam)