El subsecretario de Seguridad Preventiva de la provincia, Diego Llumá, habló de la situación de la violencia y la inseguridad en la provincia, y dio indicios de las distintas estrategias del Gobierno santafesino para abordarlas.
"La diversidad es la característica de esta provincia, y en esa segmentación tiene hasta representaciones sobre el tipo de delito de cada lugar. Pareciera ser que la provincia se termina en la ciudad de Santa Fe, y resulta que para el norte está más de la mitad del territorio", sostuvo el funcionario en diálogo con Dame Radio.
Llumá es además licenciado en Comunicación Social, Magíster en Ciencias Políticas, investigador, docente y especialista en áreas de seguridad pública y defensa nacional.
"Los ciudadanos de a pie nos vinculamos con la seguridad a través de la experiencia directa de la calle y los medios de comunicación. Y como las noticias de mayor impacto son las que forman ese universo, porque el no-hecho no existe, no es noticiable, pareciera ser que la provincia se detiene en Santa Fe, pero de acá al norte está más de la mitad del territorio de una plataforma productiva granadera, cerealera y también logística. Y por esa logística pasa todo lo bueno y todo lo malo, como el tráfico de drogas, armas y personas que conforman el dilema de inseguridad de esta provincia ", explicó.
Consultado sobre el plan para abordar y prevenir delitos, el subsecretario contestó: "Tener el diagnóstico, trazar una estrategia y que esta no prevea la implementación es conducir al fracaso. Tenemos que dar respuesta a la demanda ciudadana de cuidado y mayor seguridad. Si tuviéramos un mal diagnóstico sería como recetarle aspirinas a un enfermo terminal. Acá hay una matriz disfuncional que alimenta el delito, que creemos tiene que ver con la cantidad de recursos en negro que circulan. Eso genera un mecanismo económico de lavado de activos en el que se lava lo que se evade fiscalmente y también el producto del juego clandestino, la droga y demás".
"Después hay manifestaciones que son las más espectaculares, que ocurren en el nivel más bajo de ese ecosistema criminal que es la violencia. No se entiende la violencia abajo si no se entiende que hay un sistema que procesa dinero. Las investigaciones se ocupan de la cadena del dinero, porque uno delinque para producir dinero ya sea contrabandeando o vendiendo sustancias ilegales, pero esto tiene que ser ingresado al sistema económico formal a través de un sistema ilegal. En ese sentido el caso Oldani es de manual en la matriz del problema", agregó.
En cuanto a las presuntas relaciones entre los diversos poderes del Estado y las bandas criminales, Llumá aseguró que existe una "especie de consenso en la provincia de los actores importantes para que se mantengan las cosas tal cual están".
"Y cuando uno quiere hacer una tortilla no queda más remedio que romper huevos. Y cuando uno rompe huevos genera reacciones de las más inadvertidas o inesperadas. Cuando uno se aparta de las etiquetas partidarias e ideológicas y tiene en cuenta de las investigaciones criminales y de las respuestas políticas encuentran que en los campos políticos no se parecen a la retórica. Cuando el de este color se junta con el del otro color para que la protegerlo y que la justicia no lo cite para imputarle un delito podríamos decir que hay un campo político que no es el de la presentación", enfatizó.
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