Moscú enfrentó ayer más de 130 amenazas falsas de bomba que obligaron a evacuar a unas 100.000 personas de aeropuertos, centros comerciales, escuelas, estaciones de trenes y edificios de oficinas.
Fue la última y más masiva serie de alarmas falsas desde que comenzaron esos incidentes en septiembre. Las amenazas de bomba han afectado decenas de ciudades rusas y causado enormes daños económicos.
Entre los afectados estuvieron los cuatro aeropuertos de Moscú, cinco estaciones de trenes, 15 centros comerciales, varios hoteles, más de 20 escuelas y muchas otras instalaciones. No se encontraron explosivos en ninguna de las instancias. Los vuelos hacia y desde Moscú no se vieron afectados, pues los agentes revisaron el equipaje sin hacer evacuaciones. Las llamadas continuaron hasta la noche, cuando el estadio Luzhniki y edificios de oficinas fueron evacuados, incluso la legislatura capitalina. Alexander Bortnikov, del Servicio Federal de Seguridad, dijo que había ubicado a cuatro sospechosos de organizar la ola de falsas alarmas. Son rusos residentes en el extranjero con cómplices dentro de Rusia.
Fuente: La Capital