— División Noticias LT9
El 19 de diciembre de 2001, Argentina vivió uno de los momentos más críticos de su historia contemporánea: el Argentinazo.
El 19 de diciembre de 2001 la crisis económica, social y política que atravesaba el país alcanzó su punto máximo, lo que desencadenó en una serie de protestas masivas en todo el territorio nacional, que desbordaron la capacidad de gestión del gobierno de Fernando de la Rúa.
Este gran estallido social marcó profundamente la memoria colectiva, puso en jaque el contrato democratico y cambió el rumbo del país para siempre.
El caldo de cultivo de la crisis que desembocó en el Argentinazo comenzó a gestarse varios años antes, Argentina se encontraba inmersa en una profunda recesión económica, con altos índices de desempleo y pobreza que incrementaban el creciente descontento social.
Uno de los puntos claves del conflicto sucedió el 1 de diciembre de ese año, cuando el gobierno anunció la implementación del "corralito", medida que restringía el acceso a los depósitos bancarios de las y los ciudadanos, con el objetivo evitar una corrida cambiaria.
Esta decisión del ejecutivo generó una fuerte indignación en la gente, quienes veían cómo quedaban inaccesibles sus ahorros en medio de la crisis.
El 19 de diciembre, las protestas estallaron en todo el país, pero fue en la Plaza de Mayo, en el corazón de Buenos Aires, donde se concentró la mayor parte de la movilización.Miles de personas se congregaron en Plaza de Mayo para manifestar su descontento contra el gobierno de De la Rúa, exigiendo dentro de los principales reclamos la solución a la crisis y la renuncia del presidente.
Durante este día las protestas se intensificaron, y el gobierno respondió con represión. La violencia desatada a cargo de las fuerzas de seguridad dejó un saldo trágico: 39 muertos y cientos de heridos, lo que incrementó la tensión y profundizó el rechazo popular.
Esa misma noche, el gobierno de Fernando de la Rúa declaró el estado de sitio, con el objetivo de poner fin a las protestas a través de medidas autoritarias, pero la situación ya era incontrolable y la reacción de la gente iba en aumento.
El 20 de diciembre, De la Rúa abandonó la Casa Rosada en helicóptero, esta decisión marcó el fin de su mandato y dejó un vacío de poder sin precedentes en la historia del país.
La renuncia de De la Rúa ocasionó una caótica sucesión de presidentes en el lapzo de una semana. Durante ese período, Argentina tuvo cinco presidentes en sólo siete días, una situación insostenible que reflejó la gravedad del momento.
Eduardo Duhalde asumió la presidencia el 1 de enero de 2002, pese a la insertidumbre pudo encaminar al país hacia una nueva etapa política, que culminó en 2003 con la elección de Néstor Kirchner.
El Argentinazo marcó un quiebre en la historia del país. Hoy, a 23 años de este trágico momento, el recuerdo de las protestas y la represión continúa siendo una reflexión sobre la fragilidad de las instituciones, la resistencia de la sociedad argentina en escenarios de adversidad y la importancia de la democracia para garantizar la estabilidad de un país.
El Argentinazo, independientemente de sus consecuencias inmediatas, dejó como lección el poder de la movilización popular.