El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, encabezó ayer las ceremonias por la Independencia del país, tras llamar a la "unión" de sus ciudadanos, en un intento de alejarse del uso político que dio a estos actos su antecesor de ultraderecha Jair Bolsonaro.
Lula presidió el desfile cívico-militar por los 201 años de la Independencia, a lo largo de la emblemática Explanada de los Ministerios, que concentra los edificios públicos, bajo el sol de la capital brasileña.
Luego de la ceremonia de unas dos horas, en la que no pronunció palabra, el presidente partió rumbo a India, donde participará de la cumbre del G20.
El pasado miércoles en un pronunciamiento grabado Lula exhortó a sus compatriotas a celebrar "un día no de odio ni de miedo y sí de unión" y recordar que "Brasil es uno solo"
El líder de izquierda, de 77 años, también pasó revista a los primeros ocho meses de su tercer mandato al frente del país que ya gobernó en dos periodos consecutivos entre 2003 y 2010.
"La independencia de Brasil aún no está terminada. Necesita ser construida cada día, por todos nosotros, sobre tres grandes pilares: democracia, soberanía y unión", afirmó por cadena nacional.
Según consigna Europa Press, también repasó los avances económicos y sociales de la población y los planes de reindustrialización, empleo y viviendas en marcha. Fue un marcado contraste con las polémicas ceremonias de los últimos dos años.