Loris Giazzon es un ex remisero del Gran Buenos Aires y también artesano que compró un lote y descubrió que el mismo perteneció a un pueblo fantasma a 10 kilómetros de San Andrés de Giles.
El hombre se entusiasmó y decidió a construir una nueva vida cerca del campo. Cuando fue a firmar las escrituras de la propiedad se encontró con que había comprado “Villa San Alberto“.
“¿Por qué no seguir la idea que tuvieron en 1943 y refundar San Alberto? Pero en el siglo XXI y con 100 familias, chicos en las calles, las puertas abiertas, la bicicleta sin candado y las ventanas despojadas de rejas?”, pensó Loris. Y embarcó en esta aventura a su esposa, Vanesa Capeletti y a sus hijos Camila (13) y Santino (10).
Villa San Alberto está compuesto por 10 manzanas que están en el kilómetro 114 de la ruta 7 y es apenas poco más que un campo orégano en medio en medio de la llanura bonaerense. San Alberto tiene nombre propio, pero pocas propiedades. Son 10 manzanas, todas loteadas y una de ellas tiene destino determinado: allí debe levantarse la plaza del pueblo.
Los 12 primeros adelantados que llegados de la cabecera de partido y también del área metropolitana siguen con la construcción de viviendas. Ahora ya son casi una veintena los que proyectan obras.
Además tiene una capilla, una escuela rural y no mucho más para contar. Aparece en los digestos municipales como una de las 8 localidades del partido. Es una existencia sólo administrativa. Por ahora, porque ya comienza a tener contorno de población.
Giazzon contó en una nota con Clarín que recorrió despachos en municipio, Provincia y Nación para pedir ayudar e informarse cómo seguir. “Nadie entra a una oficina a pedir cosas para fundar un pueblo. Es muy raro…”, reconoce.
Fuente: Clarín.