En la jornada del sábado la policía motorizada avistó a un niño que, al observar a los agentes, no pudo disimular sus nervios y corrió hacia las vías del tren.
Los agentes policiales lo observaron ingresar a una casilla precaria, pero anteriormente había arrojado al suelo varios paquetes pequeños de envoltorios negros y blancos.
Al manejar la hipótesis que se trataba de estupefacientes, se llamó a dos testigos para que certifiquen el proceso.
Así, se constató que el niño poseía 14 gramos de cocaína y 110 de marihuana. El menor fue trasladado.