En Bélgica quedó prohibido contactar a los empleados del sector público fuera del horario laboral, exceptuando "circunstancias excepcionales". De esta manera, el país se convierte así en uno de los países pioneros en instaurar este tipo de derechos, que se busca sea reconocido por la Unión Europea.
"Perdimos una oportunidad en el pasado, durante el proceso de adaptación a la digitalización. Fallamos a la hora de abordar los desafíos. Ahora tenemos una oportunidad para adaptar estas innovaciones tan importantes a las necesidades de las personas y a las necesidades de los trabajadores", afirmó Isabelle Schomann, de la Confederación Europea de Sindicatos.
El año pasado, el Parlamento Europeo lanzó una iniciativa legislativa pidiendo que se regulara el derecho a la desconexión para establecer unos requisitos mínimos en materia de horas de trabajo y períodos de descanso.
Las críticas del sector privado recaen sobre la disminución de la flexibilidad, y consideran que la desconexión debería abordarse entre empleados y empleadores.