Varios de los participantes declararon a corresponsales de los medios internacionales que se sentían "tratados como perros", tras haber desarrollado "pacíficamente" su protesta para denunciar la intervención militar y policial del martes último en El Alto.
La multitud que llevaba varios ataúdes con los cuerpos de las personas que cayeron en las protestas en El Alto se detuvo en una avenida junto a la plaza, cuando agentes de la Policía comenzaron a lanzar gases.
Esto produjo corridas y los agentes en motocicletas persiguieron a los deudos de las víctimas cuyos cuerpos iban a ser sepultados, constataron agencias internacionales.