Comenzó en dos ocasiones su alocución y en las dos, los gritos y abucheos de diputados prodemocracia interrumpieron sus palabras.
Muchos de ellos mostraron pancartas con fotografías de Carrie Lam con las manos cubiertas de sangre. La mandataria acabó abandonando la cámara protegida por guardaespaldas.
Tras cuatro meses de una crisis política sin precedentes en Hong Kong, con miles de manifestantes movilizados para defender sus libertades frente a la creciente influencia china, la jefa de gobierno sigue sin hacer ninguna concesión.
La Cámara de Representantes estadounidense ha votado una ley en la que amenaza con suspender el estatus económico especial acordado por Washington a la antigua colonia británica. (REUTERS/euronew.es)