El número de muertos en las protestas de los últimos cuatro días para pedir más servicios básicos en Irak y contra el gobierno del primer ministro Abdul Mahdi se ha elevado este viernes a cuarenta y el de heridos a casi 1.650, mientras se espera que los actos se intensifiquen tras el rezo musulmán de los viernes.
Según el último recuento de ese órgano, la mayor parte de los fallecimientos, diecisiete, se registraron en la provincia meridional de Di Qar al tiempo que los 1.648 heridos incluyen a 359 efectivos de las fuerzas de seguridad. Entre ellos los muertos hay tres miembros de las fuerzas de seguridad, ha informado a Efe el integrante de la gubernamental Comisión de Derechos Humanos de Irak Ali al Bayati.
Ante los sucesos, Abdul Mahdi ha llamado a los manifestantes al diálogo y ha pedido normalidad. "No hay soluciones mágicas y el Gobierno no puede alcanzar en un año los sueños y aspiraciones que no se cumplieron durante décadas", ha defendido en un discurso televisado, a punto de cumplirse un año de su llegada al poder.
Pese al toque de queda en vigor desde el jueves por la mañana en Bagdad y otras tres regiones, y las restricciones al acceso a internet, la mañana del viernes se han registrado protestas en al menos cinco puntos distintos de la capital y se prevé que se intensifiquen después del mediodía.
En este sentido, Abdul Mahdi argumentó que las medidas tomadas son "duras", pero sus efectos son como "la medicina amarga". Las protestas dieron comienzo a principios de semana y fueron convocadas en las redes sociales por los ciudadanos. De momento ningún partido o movimiento político de las varias facciones que dominan la escena política iraquí se ha puesto al frente de las movilizaciones. (EFE/EP)